Un profesional involucrado de manera activa en su desarrollo entiende las “reglas de juego” de un entorno laboral que es dinámico, competitivo, globalizado, y que se mueve a través de las relaciones y contactos.
Por Karen Santillán. 22 febrero, 2021.A pesar de los cambios y adaptaciones por los que ha atravesado el mercado laboral en el último año, el entorno continúa demostrando que las mejores estrategias para la inserción siguen siendo la gestión de la red de contactos, la marca personal y la formación y actualización continuas.
En el Centro de Desarrollo de Carrera de nuestra institución realizamos, constantemente, encuestas entre los egresados para conocer los distintos indicadores de empleabilidad y cómo varían en el tiempo. Uno de estos indicadores nos permite conocer a través de qué canal consiguieron su actual o el empleo más reciente. En los últimos 4 años, se mantiene que el 55% de los egresados, un año después de haber culminado la carrera, consigue empleo gracias a sus contactos. Es decir, a través de amigos, profesores, familiares, excompañeros de la universidad o del colegio, etc.
Si esto ocurre con profesionales recién egresados, lo que se espera es que, a medida que vayan adquiriendo más experiencia, esta red de contactos sea un canal cada vez más relevante para acceder al campo laboral.
Así, DBM Lee Hetch Harrison, la empresa de outplacement más importante del Perú, muestra, en su último reporte, que el 86% de los profesionales que atendieron consiguieron empleo por medio de su red de contactos.
Por su parte, la Harvard Business School, una de las escuelas de negocios más prestigiosas a nivel mundial, sugiere a sus recién egresados que dediquen, al menos, un 80% de su tiempo a buscar trabajo a través del networking, pues así es como se consigue entre el 65 y 85% de empleos.
La otra estrategia es la gestión de la marca personal, que tiene que ver con la percepción que los demás tienen de nosotros como profesionales y también como personas. Ya sea de manera presencial, como también de manera virtual, a través de redes sociales como LinkedIn, lo que hacemos público debe transmitir de manera fiel y atractiva quiénes somos, cuáles son nuestras capacidades y a qué aspiramos.
¿Qué dice de nosotros lo que publicamos en redes? ¿Comunicamos quiénes somos realmente y qué buscamos? Basta con una búsqueda en Google, digitando nuestro nombre completo, para conocer cuál es la primera impresión que dejaríamos si nuestro futuro empleador nos buscara en Internet.
La tercera estrategia es la formación y actualización continua de las capacidades. No solo habla muy bien de un profesional el hecho de que conozca las nuevas tendencias en su campo de desarrollo, sino que le otorga un valor diferencial, el manejar competentemente las herramientas que usará en su ejercicio profesional.
De hecho, el reporte a diciembre del 2020 del portal de búsqueda de empleo Bumeran, arrojó que los puestos con mayor remuneración, orientados a jóvenes profesionales, son los relacionados con las áreas de Tecnología y sistemas, Producción, Logística y abastecimiento, Marketing y Comunicación.
Además, el portal destacó que, en las convocatorias para estas áreas, las empresas solicitaban a los postulantes conocer el manejo de herramientas digitales, softwares de gestión de bases de datos, dominio avanzado de MS Office, y de programas profesionales de diseño, entre otros. En un entorno como el actual, el upskilling y reskilling deberán verse como una inversión que aportará al profesional un perfil versátil, capaz y competente.
Para ejecutar estas estrategias, el profesional debe asumir con responsabilidad la gestión de su carrera; es decir, su actitud frente al desafío de insertarse al mundo laboral debe mostrar determinación, diligencia, valor por el capital social de su red de contactos y, sobre todo, un espíritu de lucha por alcanzar su propósito de vida.
Es importante que los jóvenes profesionales vayan más allá de la búsqueda de empleo “reactiva”, que no solo se limiten a invertir muchas horas enviando sus CV a las postulaciones que les interesan y calzan con sus capacidades. Un profesional involucrado de manera activa en su desarrollo entiende las “reglas de juego” de un entorno laboral que es dinámico, competitivo, globalizado, y que se mueve a través de las relaciones y contactos.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.